Un amor que nunca fue comprendido.

Capítulo 1:

Todo comienza con un día caluroso, la pequeña leona Masha y su manada estaban dentro de una cueva escondiéndose de cualquier rayo de sol. Masha pensó en ir al manantial a nadar, así que se levantó y se fue. Caminando jadeaba, ya que el calor la invadía. Cuando llegó al manantial, se metió en el agua y se refrescó bastante. Se relajó y estuvo varios minutos allí, como unos 45 minutos, hasta que escuchó un gruñido entre la hierba que había alrededor del manantial. Masha se alertó y miró a su alrededor, ya que se escuchaba por todas partes. Salió del agua y estaba a punto de salir corriendo hasta que un cachorro de león saltó sobre ella.

Masha_ ¡No! ¡No me hagas daño! ¡No pretendía entrar en tu territorio!
???_ Madre mía. Todos los leones de este reino son tan cobardes.
Masha_ ¿¡Qué!?
???_ Tranquila. No te haré daño. *se aparta* Mi nombre es Munir.
Masha_ *sonríe tímidamente* Yo... yo soy Masha.
Munir_ Encantado de conocerte, Masha.
Masha_ *sonríe* ¿Vienes a jugar?
Munir_ Claro.

Ellos dos estuvieron toda la tarde correteando por las praderas, hasta que empezó a hacerse tarde así que Masha se fue a su casa y Munir a la suya.

Fin del primer capítulo, espero que os guste

Esta bien bonita tu historia amiga Kiara espero que sigas esta muy interesante
Saludos

Me ha encantado, espero la siguiente parte!!!

Capítulo 2:

Aquella noche Masha estaba fuera de la cueva mirando al cielo, pensando en ese amigo que había hecho hoy, escuchó unos pasos detrás de ella.

???_ Hola hermanita, ¿qué te pasa?
Masha_ Oh, hola Maku. Solo...
Maku_ ¿Qué?
Masha_ Solamente pienso.
Maku_ Cuentame *se sienta junto a ella*
Masha_ ¿Recuerdas el chico del que te hablé?
Maku_ Munir.
Masha_ Sí.
Maku_ Se ve que se ha vuelto alguien importante.

Masha sonrió y Maku rió.

Maku_ Será mejor que nos vayamos dentro de la cueva a dormir.
Masha_ Esta noche dormiré aquí fuera.
Maku_ Está bien *le da una lamida en la mejilla* Dulces sueños hermanita.
Masha_ Adiós.

Maku se fue dentro, Masha se alejó un poco de la cueva y se tumbó mirando al cielo, sonrió y pensó: "Buenas noche Munir" y se quedó dormida.